martes, 13 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
Relato 10 - LA PROPIEDAD
Las malas cosechas de 1310-1314 y de 1324-1329 desembocaron en lo que en Cataluña se llamó “lo mal any primer” el primer mal año, 1333. Ese año en Barcelona se estima que murieron cerca de diez mil personas a causa de la carestía general y el hambre, pero sobretodo, por la Peste Negra.
El peor año de epidemia fue sin embargo 1348, en el que se calcula que murió cerca de la quinta parte de la población Catalana, se repitió este fenómeno cada cinco o diez años durante más de un siglo.
En estas circunstancias se adquirió el terreno de la Propiedad, lo había obtenido un antepasado de la familia llamado Audal en 1335. Algunas partes de Cataluña, sobretodo las circundantes a las grandes ciudades costeras como Barcelona o Tarragona habían quedado semidespobladas, y la Nobleza había visto gravemente disminuida su renta anual. En consecuencia grandes parcelas de terreno se habían puesto a disposición de quien quisiera trabajarlas en condiciones de propiedad excepcionales para la época. El tal Audal, por lo visto fue muy hábil en el momento de negociar los términos de propiedad del terreno, las malas lenguas de las viejas de la familia cuentan que tenía una lío con la señora del castillo, cuyo marido había muerto en la ciudad a donde había ido para especular con los escasos excedentes.
Muy poca gente poseía la propiedad real de la tierra, pero Audal se las arregló para redactar un documento, copia del cual existe todavía hoy en día en los archivos de la corona de Aragon, donde el era el único propietario de la finca, doce hectáreas de terreno. Allí construyó la Primera casa, una modesta construcción al estilo de las Masias Catalanas que muchos siglos después se pondrían de moda. Las condiciones extraordinarias del contrato, crearon un fenómeno igualmente excepcional para la época.
Generalmente, cuando el hijo mayor se casaba heredaba la propiedad, los otros hijos varones tenían que buscarse la vida y obviamente, las hijas pasaban a ser poco menos que propiedad de los maridos con quien se casaran. Pero la astucia de Audal no concluyó con la famosa adjudicación de las mentadas tierras, dejó escrito como anexo al contrato de compra, que la Propiedad era indivisible y que cualquier intento de venta de la más mínima de sus partes, provocaría que se diera efecto a un testamento en el cual se entregaba toda la parcela a la Iglesia.
Seguramente hubo disidentes en la familia, tránsfugas generacionales y proscritos del apellido, pero en general se respetó su decisión y los hijos mayores, a medida que se iban casando iban ampliando la construcción original, añadiendo cobertizos, habitaciones, sótanos y bodegas, incluso pequeñas y secretas bibliotecas, capillas y torres, cuadras, despensas, comedores grandes y pequeños, diversas cocinas, terrazas y palomares, balcones y secaderos para el embutido, en lo más alto de algunas zonas. Diversos pozos circundaban la finca, algunos incluso quedaron con el tiempo absorbidos por las construcciones posteriores de modo que estaban en el interior de la casa.
Muchos fueron los hijos mayores que permitieron a eruditos hermanos y hermanas pequeñas casadas con hombres de poco patrimonio, quedarse en la la Propiedad. Ampliando y ampliando la casa central.
Los siglos que se contaron entre el XIV y el XVI fueron los peores, las epidemias asolaban la zona, las hambrunas y las diferentes guerras pusieron en peligro diversas veces a la finca y sus habitantes, pero precisamente su capacidad de autonomía les protegió de los peores males, encerrados en sus doce hectáreas cada vez que el mundo exterior parecía sucumbir ante el Apocalipsis.
La orografía de la finca, encuñada entre dos valles de difícil acceso también ayudó, las fuentes naturales, los riachuelos y los bosques primigenios que la circundaban y que a menudo irrumpían salvajes y indomables proporcionaban a la Propiedad todos los recursos necesarios para su autosuficiencia.
En el pueblo cercano se llamaba a la finca “la Masia dels Audals”. Algunos de los descendientes dotaron a la Propiedad de riquezas y lujos y a mediados del XVII uno sus más célebres miembros la embelleció y restauró con las enormes riquezas que había conseguido en sus viajes al nuevo mundo, desde entonces se asentó la tradición de que todos lo miembros que viajaban o vivían en el extranjero tenían que traer en algún momento de sus vidas, algún objeto de valor o de extraña factura, souvenirs o riquezas, lujos de culturas extrañas y desconocidas. En el extenso linaje, fueron innumerables los campesinos que cultivaron unas de las más ricas tierras de la comarca, pero también hubo pintores de renombre, astrónomos y astrólogos, numerosos religiosos y filósofos, estudiosos de los libros que procedían de oriente y médicos de moral distraída que realizaban experimentos en sótanos ocultos a la mirada curiosa de las decenas de niños que siempre revoloteaban por la casa, incluso se dice que hubo un pirata!.
Aquellos fueron los mejores años de la Propiedad, en su momento álgido se dice que llegó a dar cobijo a más de dos cientos miembros de la familia de los Audals. en las décadas posteriores la progresiva industrialización y la emigración hacía las grandes ciudades hizo disminuir el número de inquilinos, pero la tradición continuó a pesar de todo, y el “Hereu” que es como se llama en Cataluña al hijo mayor, casi siempre se hizo cargo de la finca.
A pesar de todo, lo más llamativo no es la construcción en si, laberíntica y caótica con toda probabilidad como ninguna otra si no el cementerio-jardin que inauguró el mismo Audal en 1340, cuando murió su mujer después de su séptimo parto. Audal la enterró en el jardín detrás de la casa, alejada de la construcción pero suficientemente cerca como para poder ver la tumba desde la ventana, Audal no soportaba la idea de enterrarla bajo tierra y que se la comieran los gusanos, así que construyó una plataforma elevada, sostenida por cuatro columnas de piedra y la colocó allí, envuelta en paños de lino y seda. Ella, la mujer de Audal, fue la primera inquilina de un cementerio que se fue llenando a través de los sucesivos siglos con miembros de la familia, la casa se expandía hacía adelante, el cementerio hacia atrás. Con el tiempo se fue ajardinando y muchos fueron los miembros que optaron por la forma de entierro tradicional de la familia, en plataformas elevadas sostenidas por columnas de piedra, y al aire libre, pero no todos. También había tumbas normales en el suelo, panteones de ramas de la familia menos románticas y más pragmáticas, nichos y colecciones de urnas, tumbas pomposas y rincones olvidados, incluso uno de los tíos, famoso arqueólogo y aventurero, a finales del XIX se construyó una pequeña pirámide y se hizo enterrar en un sarcófago!. Pero todo siempre rodeado de frondosos jardines, en algunos lugares más bellos y cuidados y en otros sombríos y oscuros.
Una enorme mole a la que a través de setecientos años se le habían ido añadiendo habitaciones hasta llegar a las cerca de tres cientas, y con un cementerio-jardin que casi consumía ya la mitad de las doce hectáreas de la finca, un auténtico laberinto donde dormían el sueño eterno miles de miembros de la familia, no es de extrañar que, cuando era pequeño, me perdiera varias veces tanto en la casa como en el jardín y que descubriera lugares, libros, pasadizos y recónditos laberintos, objetos de inimaginable facción, tumbas interconectadas, zulos con riquezas propias de reyes, pergaminos, instrumentos de medición que median cosas imposibles, joyas, huesos, cámaras surrealistas, habitaciones donde nadie había vivido en más de trescientos años, tratados y volúmenes arcanos, juguetes de otra era y significado, armarios gigantes repletos de vestidos y tocados de todos los lugares del mundo, cocinas propias de reyes y fogones propios de brujas, alambiques kilométricos, laboratorios medievales, modernos y contemporáneos, depósitos de mapas y cartografía de mundos extraordinarios, recetas y fórmulas de inspiración divina o infernal, fantasmas de familiares anacrónicos y espíritus divertidos que me acompañaban.
Todo esto, fue material habitual de mis pequeñas desapariciones, a las que por otro lado, todo el mundo estaba acostumbrado. Pero jamás nada de lo que encontré me sorprendió tanto, como el día que llevando tres días ya perdido en lo más profundo de la Propiedad, un seis de abril, el día de mi décimo segundo aniversario, descubrí la cámara secreta del Tiet Gervasi, famoso alquimista del XVIII, en la cual por cierto, dos cientos años después, él todavía residía, fue en ese momento y de la mano del Tiet Gervasi, quien se convertiría en mi mentor hasta el día de hoy, en el que tomé la decisión que quizás sea la más importante de mi vida.
“Tengo que explorar toda la Propiedad rincón por rincón, la casa y el cementerio-jardin. Y tengo que hacer un mapa detallado de todo y todos, escribiré un diario!”
Lo que continúa, son los escritos, mapas, descripciones y conversaciones que he recopilado durante los siguientes treinta años, que es el tiempo que he tardado en recorrer de cabo a rabo la Propiedad y de hablar con sus inquilinos (no todos de carne y hueso) antes de darme por vencido.
Magí Audal. 1932.
martes, 30 de marzo de 2010
Elbert Hubbard
jueves, 25 de marzo de 2010
9 - RECAPITULACIÓN (práctica de la teoria de construcción de diálogos, o "dialogando poemas")
Recapitulemos.
Me parece bien.
Eres Dios, o una representación divina. Estás sentado aquí en mi cocina, con tu túnica, tu largo pelo trenzado, te estás comiendo una manzana, lo cuál me parece un poco irónico, y me preguntas si me pelas una?
Así es
Bien, quizás debería ir a mear primero, lo más probable es que cuando vuelva ya no estés.
Estaré
Entonces quizás el ir a mear pueda esperar.
Cuando dices que pasó?
El Miércoles
Te violó?
Si. Bueno no. Es que es complicado...
Pero vamos! o si o no!
Si, supongo que si. Me paró en el túnel que hay para que los peatones pasen por debajo de la gran vía, me sacó una navaja y me la puso en el cuello.
Hijo de puta!
Si, supongo. Me dijo que me estuviese callada y que no me pasaría nada, que todo terminaría muy rápido. Empezó a tocarme los pechos y luego me dió la vuelta y me apoyó contra la pared.
No entiendo porque no quieres denunciarlo. Se merece ir a la cárcel!
Eres mi mejor amiga, te lo cuento todo y quiero contarte esto también, déjame explicártelo antes de que te lleves una imagen equivocada.
Imagen equivocada? estas loca? ese tipo de violó!
Si. Y desde ese día, no consigo quitármelo de la cabeza. Sueño con el todas las noches.
Córtamelo por aquí
Vaya... que lástima de melena
Pensé que a una peluquera le gustaría cortar un pelo tan largo
Que dices hombre, es un crimen
Que eres, una pelofila?
Eso ha sonado bastante mal
Ya, lo siento, es que me ha dejado la novia y necesito un cambio de look
Y un cambio de actitud quizás, el sarcasmo no te pega.
Tienes unos ojos preciosos, si quieres cuando termines en la peluquería podemos ir al puerto a disparar a las gaviotas, tengo una escopeta de balines. Odio las gaviotas.
Es una forma bastante arriesgada de invitar a salir a una chica con los ojos bonitos.
No tengo nada que perder si dices que no, y mucho que ganar si dices que si.
Bueno, allá vamos
Te llevaré en moto
Bien, nos llevaremos a Rudolph, mi perro.
Ese que esta en la puerta arrastrando el culo por el suelo? creo que le sale sangre.
Si, tiene un tumor, no le queda mucho
Entonces si, lo llevaremos
Y que haces aquí? Estoy muerto?
Ja Ja Ja, no, tranquilo. He venido a hablarte del bien y el mal. Hasta ahora eras un simple empleado de la oficina de patentes. A partir de hoy te llamarán el Mesías.
Hoy ya? o hoy por la mañana cuando salga el Sol
Por la mañana, antes charlaremos un rato
El simple echo de estar hablando contigo aquí en la cocina, no dice nada bueno de mi estado de salud mental
Tu cordura está a salvo, tranquilo, no estás loco
(suspiro) ... está bien, pélame una naranja, de todos modos creo que ya no me podría volver a dormir.
Mañana el mundo terminará, sólo se salvarán cuatro personas a parte de ti. Puedes escojer a una más, esa te la regalo.
Ah no tranquilo, me da igual.
Seguro?
De verdad, no se me ocurre nadie. Bueno espera, puede ser un perro?
De acuerdo. Todo el mundo morirá, serán barridos por la tempestad furiosa de mi ira, fulminados por los rayos iridiscentes de mi cólera. Se ahogarán en su maldad. He pasado los últimos años intentando localizar a personas buenas, dignas, ejemplos de la idea que tenía del ser humano en la creación, Solo he logrado hallar a cuatro, tu serás su guía, tu les enseñarás. Eres el ser más atóno, más neutro, más desapasionado, insensible y gris que he creado jamás. Tu serás su árbitro, ellos repoblarán la Tierra, y te venerarán!
...
Lo entiendes?
Uh, perdona, si te digo la verdad no te estaba escuchando.
Perfecto, Te pelo otra?
Nah, voy a mear.
Me metió la mano por debajo de la falda y me bajó las bragas, apreto su pecho contra mi espalda y me violó. Sólo recuerdo que a los pocos segundos yo lamía la pared, el no se dió ni cuenta, acabó rápido y se fue. Yo seguí un rato más.
Me estas diciendo que...?
Si, estoy enamorada de él, cada día paso por el túnel por si lo vuelvo a ver, he dibujado un corazón en la pared. Violeta ama a Navajita...
Dos a siete, te gano de largo peluquera
Me gusta que me llames peluquera
Es que no sé tu nombre
Mejor. Quieres un helado? he traído de strawberry y de nueces de macadamia
Estamos a treinta grados, en el puerto, estarán deshechos.
Si.
Quizás pueda bebermelos
Te sacaré fotos, por si me dejas
No te dejaré nunca.
Mejor, sería capaz de destruir el mundo entero con tal de que no me dejaras.
Que no salga el perro por favor
Rudolph
Lo que sea.
Al volver del puerto, tuvimos un accidente con la Variant. Salimos volando, recuerdo su pelo, sus ojos, su mano intentando alcanzar la mía, su sonrisa, su perro dando vueltas, el cielo perlado de sangre. Rudolph se mató, pero bueno, eso era inevitable.
jueves, 18 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Relato 8 - RECLUSIÓN
Olivier lleva cinco años sin salir de casa, es alto y rubio, herencia teutonica concedida por su pasado alemán. Tiene 28 años, la última vez que se puso ropa límpia fue en el solsticio de verano, aunque no recuerda de que año. Todo está lleno de basura, montañas de basura. De vez en cuando, por la noche, cuando algo desprende un hedor particularmente desagradable, prepara algunas bolsas, de madrugada, las tira a la calle por la ventana. Hay mucha basura. Olivier vive en el segundo piso de un casa de dos pisos. Así que nadie pasa nunca por su rellano. Olivier se ha construido un palo especial, un largo palo de hierro con cinco escobas atadas al final. Con el palo esta apartando toda la porqueria del comedor y metiendola en una habitación al fondo del pasillo, el antiguo estudio. Cuando termina vuelve al comedor, con una sierra y un martillo va rompiendo todos los muebles, intentando hacer el menor ruido posible, al terminar despeja el comedor, barre el suelo y lo friega varias veces, parece que está todo listo.
Manuel lleva cinco años sin salir de casa, es bajito y moreno, herencia latina concedida por su pasado peruano. Tiene 12 años, se cambia de ropa todos los días. Su casa está impoluta, a Manuel le gusta tenerlo todo limpio y ordenado, de vez en cuando, cuando su padre duerme, Manuel se levanta por la noche a limpiar, prepara la ropa de los siguientes días para su padre y luego se vuelve a acostar. Manuel se ha construido un palo especial, para limpiar en los lugares donde no llega. Vive en un primer piso en una casa de dos pisos, abajo hay un garaje abandonado. Manuel espera a su padre, como todos los domingos. Suele llegar sobre las dos del mediodía, El padre de Manuel va cada domingo al mercado de libros de saldo a comprar libros para Manuel, tres peticiones y tres a suertes. Manuel ha aprendido que a suertes también pasan cosas buenas, a veces. Manuel se impacienta, son las tres, en cinco años su padre jamás se ha retrasado, sabe perfectamente que ha pasado algo. El corazón le hace cosas raras, Manuel, se prepara una infusión y expulsa el aire lentamente.
Olivier está satisfecho, el comedor ha quedado bastante bien. Se fuma un cigarrillo. Olivier dejó de pagar el alquiler hace cinco años, el padre de Manuel no se lo ha pedido nunca. Olivier vende droga, tiene un teléfono móvil y paga la luz, el agua e internet, es un drogadicto, un yonki, ya lo era hace mucho tiempo. Puedes contactar con el a través del móvil, vas hasta el callejón que hay al lado de su casa y te tira un cordel con una bolsa, pones el dinero dentro y te vuelve a tirar la bolsa con la droga. El contacto que le pasa la droga a Olivier tiene que hacer lo mismo, es un poco raro, pero Olivier es un buen camello, vende mucho. Olivier compra todo lo que necesita a través de internet. Siempre hay algún yonki dispuesto a subirle la compra, las cartas o los paquetes hasta el rellano a cambio de un poco de droga. Nadie hace preguntas cuando se trata de conseguir droga por subir 44 escalones con un paquete. Olivier va hasta la habitación del final del pasillo, la del dormitorio, allí están los restos del cadáver de su novia, que se colgó hace cinco años, hace ya mucho tiempo que ha dejado de apestar. Olivier gastó mucho dinero en ambientadores para nada, nadie vive cerca. La ciudad huele peor en esa zona. Olivier se pone de rodillas y reza ante los restos desparramados de su novia muerta. Reza en un idioma especial, nuevo. Un Idioma que se inventó Manuel y al que el propio Olivier ha hecho alguna aportación. Olivier reza ante los restos mugrientos del cadáver de su novia, no se han secado porque muy de vez en cuando tira comida y bebida encima. A veces también orina encima.
Manuel está nervioso, son casi las cuatro. No va a volver, o puede que si, pero existe la posibilidad de que su padre no vaya a volver. Es extraño, Manuel está inmóvil al lado del teléfono, en otras tres ocasiones ha pasado algo y su padre siempre le ha llamado, decide esperar hasta las cinco, si no sabe nada entonces tendrá que tomar una decisión, la unica decisión en realidad. Tendrá que salir a la calle. Manuel desea que su madre estuviera con el, se sorprende de tal anhelo, no suele pensar nunca en ella, no en esos terminos. Desde que murió cuando Manuel tenia siete años, casi no ha pensado en ella. Su padre quitó todas las fotos de la casa. Su madre se colgó en el dormitorio. Al día siguiente el padre de Manuel se volvió loco, una locura que nadie puede diagnosticar, es única, es una locura irrepetible. El padre de Manuel quería a su madre más que a cualquier cosa del mundo, mil veces más que a sí mismo, un millon de veces más que a Manuel. Cuando su madre se murió, Su padre se volvió loco, comunicó a la asistenta social que iba a enviar a Manuel con una hermana de su madre que vive en otro país, y que el estaría una temporada recuperándose. Mentira, no tenían ni amigos ni parientes. El padre de Manuel siguió comportándose con normalidad, trabajando, saliendo a la calle. Por fuera estava muerto, por dentro pensaba 24 horas al día en su mujer, cada día, durante 5 años, sin excepción. Se olvidó de Manuel como tal. Empezó a tratarlo como algo y no como alguien. Algo que tenía ciertas necesidades, comer, beber, leer libros, ponerse ropa, cosas. Vagamente en su mente persistia la idea de que a su mujer le gustaba esa cosa con nombre, Manuel. Y por eso lo cuidaba. Manuel se había formado solo, su personalidad escrupulosa y metódica habían ayudado. Su percepción del mundo, la sociedad y las personas, estaba totalmente distorsionada, para nosotros, para Manuel no. Manuel se inventó un idioma, al que Olivier había aportado algunos conceptos. Manuel se levanta y deja la taza en la cocina, las cinco menos cuarto, habrá que tomar una decisión, habrá que salir a la calle.
Olivier golpea cinco veces la tubería del baño, Manuel en la cocina se sobresalta un poco y rápidamente va hasta el baño. Hablan a través del desagüe de la pica. En su idioma.
Olivier, nequedo mi padre hasta tu en?
Tu padre? ne nasta.
Que nasta centos?
Solo nasta, Hoy es el gran día, Manuel.
Hoy? fanfento no rento, intascáustico.
En serio? a la calle? (Olivier no habla el idioma secreto tan fluidamente)
Intáscaustico rento.
Suerte, ...
Suerte a ti también Olivier.
Olivier y Manuel llevan años hablando por el desagüe de la pica en el baño, horas y horas, días enteros, noches enteras.
Olivier se desnuda, se corta el pelo con una máquina eléctrica que ha comprado, luego se rasura todo el cuerpo con una maquinilla de afeitar. Manuel prepara su maleta, cosas imprescindibles, novelas de Proust, cepillo de dientes. Olivier se lava todo el cuerpo en la bañera, con garrafas de agua buena y champú. Manuel se viste correctamente, con pajarita y zapatos de charol. Olivier va hasta el salón, destapa tres grandes botes de pegamento de tres litros cada uno, es un pegamento especial así que tiene que usar una máscara de gas, al menos durante la primera hora, ha hecho pruebas con animales, no hay problema. Manuel cierra la llave del gas, apaga el contador de la luz y con mucho esfuerzo, corta el agua del piso. Olivier unta con una fregona todo el suelo del comedor con pegamento ultra rápido, a su izquierda acerca un perchero con doce garrafas de agua conectadas a un tubito de goma, las garrafas recojen agua de lluvia a través de un tubo que entra por la ventana, a su derecha hay unos enormes barriles con comida que no se pone mala desmenuzada hasta tener el tamaño de bolitas de coco, las bolitas de coco le dieron la idea, lo ha preparado para que con un toquecito caiga una bola, no más. Hay miles de bolas, chocolate, pan duro para chupar, bolsitas con arroz, con frutos secos, decenas de miles de bolas de arroz, lleva meses haciendo bolas de arroz. Manuel abre la puerta de casa haciendo acopio de todo su valor, está preparado, sabe que este momento podía llegar, da un paso y ya está fuera, da otro paso y se encuentra la escalera a la calle, 22 escalones, hace años que no baja un escalón, en casa no hay ningun escalon, si solo fueran uno o dos, no habría problema, pero 22 son muchos, podría caer, podría matarse, o peor, podría quedar mal herido en medio de la escalera, nadie le encontraría jamás, sería terrible, Manuel tiene miedo, el miedo le abraza desde atrás, como si le pusiera un abrigo por encima de los hombros para taparlo, taparlo con miedo, miedo intratable, Manuel da un paso atrás, a la izquierda queda la puerta de casa, abierta, Manuel gira la cabeza y mira al interior, Manuel se pone a llorar, Manuel vuelve a entrar en casa y cierra la puerta detrás suyo. Olivier se tumba en el suelo, tiene cuidado de no apoyar la cabeza, la necesita para hacer algunos movimientos, se tira los otros dos cubos de pegamento por encima, en menos de una hora estará inmovilizado completamente, cuando se seque el pegamento se quitará la cánula del pene, la del ano la dejará de momento, empieza a notar la dificultad de movimientos, se coloca bien, a su derecha tiene el agua, a su izquierda la comida en bolitas o bolsitas, desde el techo caen otros tubitos, conectados a otros depositos, uno con una solución de heroína, el principal, otros contienen otras soluciones con medicamentos y otras drogas, todos debidamente etiquetados, el pegamento se va secando, Olivier escucha cinco golpes en la cañeria del baño, demasiado tarde Manuel, lo siento, piensa Olivier, lo más probable es que su padre ya haya vuelto, Olivier ya no se puede mover, algunas lágrimas de felicidad le corren por las mejillas, calcula que puede estar así entre dos y tres meses, quizás más, Si enferma, menos. Manuel se prepara la merienda, sigue sollozando, se toma la leche y las galletas mientres lee a Kerouac. Olivier sorbe un poco de heroína. Manuel deja de llorar. Olivier deja de llorar. Manuel mira la ventana y piensa en saltar por ella, seguramente alguien podría salverle, Olivier mira la ventana y piensa que debería haverla tapado con algo, alguien podría salvarle por error.
Olivier muere diez meses después, la historia de esos diez meses es la peor que nadie ha sufrido jamás. Nadie, sin excepciones.
Manuel muere diez meses después, la historia de esos diez meses es la mejor que nadie ha imaginado jamás. Nadie, a excepción de Olivier, quizás.
martes, 9 de marzo de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
George Bernard Shaw
lunes, 1 de marzo de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
Relato 7 - EL ESTIGMA
(nota: sin revisar)
Cuando bajé del autobús, me crucé con una chica. La música del mp3 se aceleró, el volumen subió. El viento me levantó la camiseta. Tragué saliva y un sabor neutro me sació la sed. Olí su perfume, almizcle.
Pero no la miré, no era estrictamente necesario. Me quedé allí quieto, intentando controlar los latidos del corazón. Respiré profundamente, cuando tenía todo el aire en los pulmones, el corazón se me paró. Fueron solo dos segundos. Los dos exalamos el aire a la vez, la tenía a menos de treinta centímetros, espalda contra espalda. Ella perdió el autobús y yo seguí caminando.
Por la noche, me pasé casi una hora en la ducha, respiraba con dificultad, el agua caliente al máximo me relajaba. Me masturbé durante un rato pero no lograba eyacular, así que lo dejé.
Me vestí con estomismo y no me sequé el pelo, nunca lo hacía. Me pinté los ojos, una delgada línea negra, nunca lo hacía. Esa noche fuimos al Concord, obviamente ella estaba allí, no sabía como era, ni donde estaba exactamente, pero sabía que estaba allí. Porque no volvernos a ver hubiera sido demasiado injusto, insoportable. No existe maldad suficiente en toda la creación.
Me senté en un sofá del reservado, algunas parejas se besaban a mi alrededor, puse las manos en forma de mascarilla y me la apliqué en la cara, cubriendo nariz y boca. Mis amigos me miraban furtivamente de vez en cuando, no pasa nada, tranquilos. Ya me conocían, no pasaba nada. El suelo estaba lleno de matices.
Entonces la vi, estaba apoyada en una columna, liandose con un tío, estaba muy cerca. Lentamente empecé a bajar las manos, apretandome los pómulos, la barbilla y el cuello. El chico le besaba el cuello y la sujetaba por la cintura. Ella se apoyaba en una pierna, mientras mantenía la otra doblada con el pie en la columna. No paraba de mirarme.
Me sonrió. Yo también le sonreí. Los dos teníamos el mismo estigma en la frente. Invisible.
En ese momento una chica se cruzó entre los dos, bloqueando nuestras miradas. Con las manos en la cintura y cargando el peso en la pierna derecha, me hizo un gesto de desaprobación con la cabeza y me dijo.
Es tu ex?
Si - no se porqué lo dije.
Quieres ponerla celosa?
Preferiría ponerla cachonda.
Bueno, a ver que pasa.
La chica era muy guapa, me tendió la mano y me levantó lentamente, me sujetó el pelo por la nuca y me besó. Me apoyé en la columna justo delante donde la otra pareja seguía con lo suyo, y me dejé hacer.
Ella seguía mirandome. estabamos muy cerca. el tiempo se relentizó, se llevó el dedo índice a los labios y lo intrudujo en la boca, jugueteó durante un rato y luego lo sacó. Extendió el brazo, lánguido y perfecto. Me apuntó con el dedo, brillante y húmedo.
yo deslicé mi mano dentro del pantalón de la chica con la que estaba, con los dedos busqué el borde de las bragas y metí la mano dentro, las dos chicas se estremecieron proyectando sus caderas hacía adelante sutilmente. La música, rítmica y progresiva, incremento su vehemencia a pequeñas pulsiones de sangre en el cuello.
ella seguía con el dedo extendido en mi dirección, yo introduje mi indice en el sexo de la chica que estaba conmigo, despacio, apartando los labios, noté como apretaba pero no se retiró, me sorprendí un poco al notar que hacía movimientos circulares casi imperceptibles, me reclamó un beso, me molestó un poco porqué no quería dejar de mirarla a ella.
ella me hizo un gesto afirmativo, me dió permiso y bese a la chica al tiempo que sacaba el dedo haciendo cazoleta con la mano, para que el indice no rozara con la ropa y mantuviera el máximo de flujo. La chica me miró satisfecha y siguió con lo suyo.
Extendí la mano, estabamos tan cerca, cada vez más cerca. levanté su codo que había caido un poco y el brazo se extendió lo suficiente como para que me pudiera meter su dedo todavía impregnado de su saliva en la boca, le ofrecí el mío y ella lo lamió, sin cerrar los ojos, si los hubiera cerrado me habría ido.
Toda la gente desapareció, conseguí que la chica con quien me estaba liando fuera la última en desaparecer, se merecía eso al menos. nos quedamos solos y flotamos lentamente el uno hacía el otro. La discoteca desapareció, las casas de alrededor, los coches, toda señal de vida desapareció. El mundo desapareció.
La cogí del cuello e intenté asfixiarla, fué algo visceral. Ella me estiró del pelo con mucha fuerza a la vez que exhalaba el aire contenido en casi toda una vida, dejando ver sus dientes y su lengua. Estabamos desnudos, en medio de una nada perfecta. Una sublime acumulación de matéria estrategicamente diseñada para que los dos percibieramos con más exactitud, la esencia vital del momento, del otro.
Me mordió en el brazo y empecé a sangrar, me pareció un acto delicioso, quise morderla también pero pensé que de momento no, acababamos de conocernos.
Luego fuimos a mi casa, las cosas volvieron a un tono de realidad sustancialmente más mundano, tangible, predecible. Me fumé un cigarrillo mientras ella rompía todos los cristales de las ventanas con una botella vacía de vodka, yo no podía parar de reir. Luego nos fuimos a mi habitación y escupimos en la mano.
Todo esto hasta que salga el sol, de acuerdo ?
Ella me apretó la mano, afirmando con el gesto. Por las mañanas antes de que saliera el sol, colocaba cartones en las ventanas. Por las noches nos bañabamos en la piscina y nos mordiamos, cada vez más fuerte. Por el día descansabamos. Carpe Noctem. Hace dos días se filtró un rayo por la ventana, ella salió fuera y se ahogo en la psicina, ahora flota en la psicina. Pero no me importa, porque volverá. Porque siempre vuelve. Yo he ido a comprar gasolina, un bidón lleno. Me encanta especular como será la próxima vez. A que olerá. a que jugaremos? Ella. A que jugaremos si se puede saber? estoy muy contento.
martes, 23 de febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
King of the Impossible
Porque siempre pensé
que Flash Gordon era
Dolph Laudren de joven.
-
Porque digo Gimili
en vez de Gimli.
-
Porque siempre hago
brum brum
cuando subo a la moto
antes de encenderla.
Porque tu quieres ver
algo impresionante?
-
Porque quiero vivir para siempre.
-
Porque siempre me enamoro
de mis peluqueras.
(y de las madres de mis novias)
-
Porque busco a hombres
con seis dedos, allà donde voy.
Porque yo he fumado tabac de Pota.
-
Porque siempre digo
Play it loud!
cuando recomiendo una canción.
Porque yo he visto cosas...
-
Porque yo estuve allí
el día que la voluntad
del hombre fracasó.
Porque hay muchos gilipollas
para tan pocas balas.
-
Porque conozco a un grupo
que nadie más conoce.
Porque enseñó kung fu
a los niños.
-
Porque si me pongo Sepultura
cuando voy en moto,
me mato.
-
Porque me gusta tatuarme
gilipolleces perecederas.
-
Porque leo cómics de Mishima y
libros de Neil Gaiman.
(enteros, y el ulises de JJ).
Porque me llamo Pons,
Joan Pons.
-
Porque llevo el anillo
de Sherlock Holmes.
Porque bebo whisky
y fumo opio.
Porque no me he aburrido jamás
desde el día que nací.
-
Porque nada me cansa,
porque nada me importa.
-
Porque mi gata se llama teniente Dan.
Porque Fecal mola! joder!.
Porque he dormido entre la basura
en Charles Roix, Bèlgica.
-
Porque me depilé una pierna
con unas tijeras,
porque mi hermano me atravesó
un pié con un destornillador.
Porque toco el saxo
sin tener ni puta idea.
Porque como sopa de miso
t o d o s los días.
(con dos ajos hervidos)
-
Porque no me arrepiento de nada.
Porque la fuerza me acompaña.
Porque lo quiero TODO, y ahora!
-
Porque siempre me gustó
la expresión
-
King of the Impossible
-
Por todo esto.
-
Estoy donde quiero estar,
y soy quien quiero ser.
miércoles, 17 de febrero de 2010
Relato 6 - EL FARO
(nota: no revisado)
Durante los últimos cuatro años, había estado al cargo del Faro del Créac'h, en la isla de Quessant, en el finisterre Francés. El faro fue construido en 1859, y el había sido el primer farero. Utilizaba combustible fóssil, petroleo que llegaba al faro a través de una tuberia desde Punta de Pern, atravesando la bahía de Lampaul.
A Jacques Heynold Phylidor, Le pareció buena idea ir unos meses allí a vivir, tranquilizarse un poco, Jacques había nacido en Haití venticinco años atrás. Su padre murió en una revuelta contra los terratenientes en 1849, Jacques tuvo que presenciar como hervian su cadáver, en cuanto pudo se escapó y viajó de polizón en un barco hasta la Bretaña francesa. En una Isla como Quessant, nadie hace preguntas, y si estás dispuesto a trabajar en un faro, menos.
dos veces al mes le traían la comida i los enseres necesarios para sobrevivir. El padre de Jacques le había enseñado a escribir i a leer, así que Jaques se dedicó a la lectura y a contemplar el mar.
La vida, no obstante, no era fácil. El penetrante frío de la Bretaña contrastaba con la tez tostada de Jacques. Frío, lluvia y viento eran constantes a las que no estaba acostumbrado, no a la vez. Pero las semanas se convirtieron en meses, y los meses en años. Leyó a Los clássicos, al construir el faro alguien tuvo el detalle de trasladar unas cuantas cajas de libros antiguos, libros que ya no tenian interés en una sociedad cada vez más industrializada, positivista i utilitarista. Libros que hablaban de la libertad del alma, de la cadencia inasumible del ser, de pulsiones humanas. Libros perfectos para leer encaramado a las rocas del perellón sobre el que se construyó el Faro de Créac'h, en la isla de Quessant.
Jacques a menudo tuvo miedo, miedo mental, inseguridad provocada por la basta extensión de oceano que se extendia a su alrededor, y miedo físico, pues las tormentas que se desataban a menudo y que amenazaban con derribar el faro y no dejar rastro de él. Unos meses atrás, había conocido a un marinero Indochino que acompañó a Philipe, el hombre que le traia las vituallas en su último viaje al faro. El indochino se quedo en Quessant una temporada, Philipe lo contrató en su barco pesquero.
Desde entonces Prathet T'hai, o Tai, había ido al faro un par de fines de semana. El y Jaques consumían opio y miraban el mar, a menudo durante horas, incluso noches enteras, era verano y el clima invitaba a consumir opio. Esa noche Jacques consumió opio, porqué era verano y el clima invitaba, y porque estaba a punto de desatarse una tormenta imponente, lo veia en el color del cielo, en la forma de las nubes, en su respiración rítmica y acompasada con las olas del mar. Durante un momento, al iniciarse el eterno ocaso del sol en la costa de bretaña, Jaques pensó en lanzarse al mar, un instante tan fugaz, que casi no se dio ni cuenta.
Jacques decidió consumir todo lo que le quedaba, no era mucho, pero si más de lo recomendable para una sola persona. Había llegado el momento de encender el faro, se levantó pesadamente, volvió a mirar el sol fugazmente, con sus ojos rasgados tan poco habituales en esas costas y se preguntó si algún Haitiano habría estado antes en Quessant. Probablemente no.
El material para encender el faro se encontraba en la cúpula superior, se había convertido en un hecho rutinario, manivelas, pipetas, brea, comprobaciones. Todo muy rutinario, tan rutinario que Jacques tardó unos segundos en reaccionar cuando el faró parpadeo con una luz tenue y se apagó. No llegaba suficiente petróleo. Empezó a llover.
Con la mirada persiguió la tuberia por donde ascendia el combustible, no parecía que hubiera nada extraño, siguió bajando escaleras y pisos pasando la mano por encima de la canyería, un piso tras otro, extraño. Al llegar a la planta baja el olor del petroleo lo detuvo en seco. Llevaba una pequeña lámpara de queroseno en la mano, la aseguró con fuerza y bajo los escalones hasta el sótano, donde una pequeña bomba hidráulica que funcionaba con el oleaje del mar, suministraba el petroleo necesario al faro, bombeandolo con delicadeza constante.
La bomba estaba rota, todo el suelo del sotano estaba empapado de brea y combustible, Jaques se detuvo justo antes de poner un pié en el liquido viscoso y denso. Calculó que habría más de un metro de petróleo en el suelo. Un sudor frío recorrió sus muslos, se palmeo el pecho y se santiguó. No podía quedarse por más tiempo en el sótano, los gases podian crear una deflagración si entraban en contacto con la llama de la lámpara de queroseno.
Volvió a subir a la cúpula del faro, penso que quizas podría hacer una hoguera con maderas o empapar trapos en brea. Entonces vió la Carabela, lijera, con sus tres mástiles, la distinguió cuando la tormenta se cernia sobre ella, tres mástiles, tres grandes luces. La tormenta estalló entonces, con un terrible estruendo. A Jaques le pareció que conseguia vislumbrar una figura humana en su cubierta, un destello fugaz que se perdió de inmediato en el fragor de las olas.
Jacques se percató entonces, el barco estava demasiado cerca, si no conseguia encender el faro rápidamente, no conseguiría virar a tiempo. Jacques enfocó la mirada, si, había alguien en la cubierta, alguien que le hacía señas, alguien que le invitaba a venir. De alguna forma, lejana en el tiempo y en los recuerdos, sutil como la brisa en las playas de La Espanyola, como todavía llamaba a Haití su madre, Jacques supo que el barco venia a buscarlo a el, que el navio viajaba desde las Antillas cargado de preciosos tesoros, de recuerdos de infancia con su abuela palntando caña de azúcar, de sueños de libertad truncados por el agua hirviente. Jacques entonces tomó una decisión vital, de esas que solo se consideran una vez o dos en la vida, y que poca gente llega a llevar a cabo.
Ese barco no iva a naufragar, el barco donde residia toda su vida, no iba a estrellarse contra las rocas y a convertirse en un amasijo de maderas y cuerdas podridas, donde el musgo del olvido lo acabaría recubriendo todo. Jaques bajó al sótano y lanzó la lámpara a la brea. La explosión se oyó desde Punta de Pern, a pesar de la tormenta y los ensordecedores truenos.
Jacques despertó en el barco, estaba solo, tardó unos segundos en tomar consciencia de si mismo, pero el tiempo apremiaba, aseguró los cabos, tenso las cuerdas y se encadenó al timón, ninguna ola traicionera iba a lanzarlo de nuevo al mar, viró la carabela y esquivó el perellón donde el faro, una columna de fuego que se elevaba hasta las nubes bajas, parecía un puño que se erguía impotente con rábia e ira, Jaques sonrío y un sabor dulce a caña de azucar venido del otro lado del oceano, le recordó a su abuela.
martes, 16 de febrero de 2010
Aleister Crowley
O coffee! By the mighty Name of Power do I invoke thee, consecrating thee to the Service of the Magic of Light. Let the pulsations of my heart be strong and regular and slow! Let my brain be wakeful and active in its supreme task of self-control! That my desired end may be effected through Thy strength, Adonai, unto W ...hom be the Glory for ever! Amen without lie, and Amen, and Amen of Amen.
jueves, 11 de febrero de 2010
MESERANG (experimento de la técnica de plagio creativo)
Holmes apuraba su pipa sentado en el viejo butacón de su biblioteca. Watson, visiblemente nervioso revisaba una de las estanterias repleta de libros de historia, cosmología y religión.
- Mi querido Holmes, no puedo decir que no! he trabajado duro toda mi vida para lograr un puesto como este, Investigador médico, adjunto al departamento del doctor William Henry Welch. La vida que llevamos desde que terminamos los estudios en la facultad es propia solo de diletantes y reaccionarios. En este mundo cambiante, hay que conservar la classe social que uno ha adquirido con esfuerzo.
-Watson, usted es libre de hacer lo que le plazca, pero le aseguro que adjunto del Doctor Welch no es precisamente la clase de vida trepidante que usted imagina.
Holmes llevaba varias semanas extraño, mientras estudiava en la facultad, su vida había tenido un sentido, Holmes no hacía planes a largo plazo, al terminar el doctorado se encontró, por primera vez en la vida, vacío. Su aseo personal, que siempre había sido digno del de un caballero, últimamente había dejado bastante que desear. Su mirada recorría las estanterias repletas de viejos volumenes, titubeando sin acabar de decidirse. Sus manos se habían vuelto asperas y ajadas. Watson estava realmente preocupado.
- Lo siento Holmes, pero si no lo intento jamás me lo perdonaré. Vendré a verle tan a menudo como las investigaciones me lo permitan y espero que usted también venga a visitarme. Adiós.
- Es usted un hombre de acción Watson, sea. Aunque le aviso que cada vez tengo menos ganas de salir de esta casa.
Watson le estrecho la mano y le brindó una mirada afable y alentadora, los dos se abrazaron brevemente, - algo anda mal - pensó Watson, jamás se habían abrazado antes.
Holmes dedicó las siguientes semanas a estudiar viejos volumenes de arte y religión egipcia, el incidente con la secta del Rametep cuando el y Watson apenas eran unos adolescentes, volvía recurentemente a su memoria una y otra vez. El reciente descubrimiento del libro del professor Von Juntz, “Cultos inconfesables” le había puesto de nuevo sobre la pista de la secta. Durante muchos días persiguió viejos codices y papiros por las librerias de Londres, al principio sin demasiada pasión, más tarde con cierta actitud y perseverancia, al fin se volvió a sentir el Holmes que siempre había sido, implacable y audaz. Docenas de compendios pasaron por sus manos, en varios de ellos se mostraban las dos serpientes enrolladas enfrentandose una a la otra, símbolo del funesto dios Set. La secta había desaparecido debido a sus extrañas y sangrientas prácticas y a sus asesinatos selectivos. Pero cada cierto tiempo volvía a resurgir, como bien había comprobado Holmes hacía unos años.
Las notas de Holmes, junto con libros abiertos, papiros desenrollados y codices sellados con cera inundaban la biblioteca y el despacho adjunto. Holmes se quedó dormido en el sillón, hacía mucho tiempo que tenía problemas para dormir cuando se encontraba excitado con algún proyecto, pero había encontrado una solución muy valida, el Opio.
Holmes se despertó a la mañana siguiente sobresaltado, pero increiblemente contento. Había soñado con egipto, soñó que asistía a un ritual en una Mastaba, allí varias sacerdotisas Sah ungían a una joven adepta, parecía que no eran capaces de ver a Holmes, la joven era sencillamente preciosa, poseedora de una belleza atemporal y trastocante, el corazón de Holmes se paró durante dos segundos cuando la chica salió del pual donde la estaban bañando con aceites rituales de valor incalculable, tenía que ser de buena familia. Holmes busco inscripciones en la sala de la Mastaba, no tardó en identificar la simbología ritual colocada para la ocasión.
«La más bella de todas las mujeres de esta Tierra y de su Frontera»
«Ella, la que se distingue por la excelencia de sus extremidades, quien es como creada por Isis»
Holmes se sobresaltó, la joven se introdujo en un sarcófago de madera, las otras sacerdotisas Sah lo levantarón y lo colocaron dentro de otro sarcófago más grande, de piedra, cuando procedian a taparlo Holmes no pudo contenerse.
- No! por el amor de dios! todavía está viva! - sentenció dispuesto a apartar a todas esas mujeres. Pero sus manos las atravesaron como si fueran fantasmas de otra era, seres insustanciales compuestos de materia mental. Holmes tomó consciencia de los eones que separaban a los centenares de civilizaciones que habían existido a lo largo de la historia.
La chica detuvo a las sacerdotisas con un leve gesto, se incorporó en el sarcófago dejando sus pechos al descubierto y miró directamente a Holmes - tranquilo, nos volveremos a ver, busca mi nombre en el libro de Toth, pronuncialo en voz alta y realiza el ritual sin cometer errores - la joven volvió a tenderse, lentamente i las sacerdotisas la taparon, Holmes se despertó con el ruido sordo y atronador de la tapa de piedra cayendo encima del ataúd.
Holmes se levantó exultante del sillón, la camisa abierta dejaba ver su pecho que se movía rápidamente, al son de un corazón decidido e imparable. De un manotazo apartó varios papeles de la mesa del despacho y dejó a la vista un grueso y antiguo volumen, El Necronomicón, escrito por el arabe loco Abdul Al-Hazred con su propia sangre y encuadernado en piel humana. No necesitaba hojearlo, ni buscar entre sus paginas, con un solo gesto abrió el libro hacía su final y sonrío, dibujando una mueca muy poco propia en Holmes. Allí vió los pictogramas egipcios.
«La más bella de todas las mujeres de esta Tierra y de su Frontera»
Las instrucciones eran claras, Ahora solo necesitava un Faro potente, un incienso especial que le costaría meses de investigación en los más frívolos y sórdidos lugares del Londres más abyecto y ... una buena tormenta!
- MESERANG! - pronunció en voz alta con orgullo e impetu - Te traeré de nuevo a este lado de la frontera. (continuará ...)
domingo, 7 de febrero de 2010
martes, 26 de enero de 2010
Microrelato 2
No quedaban libros, ya los había leído todos. Cerró la tapa del último y entre la nubecilla de polvo asomó una sonrisa nostálgica. Millones de libros, y jamás había leído el último capitulo de ninguno.
lunes, 11 de enero de 2010
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